jueves, 12 de noviembre de 2015

Reflexiones de una escritora con sobredosis de cafeína





Tengo la sensación de dejar atrás una etapa de transición en mi vida. En apenas tres años he pasado de saber dónde pisaba, a no sentir el suelo bajo mis pies y a terminar más confundida que Narnia en el rodaje de Juego de Tronos. Al final las aguas fueron regresando a su cauce. Claro que ya era otro río y recorría territorio desconocido. Pero aun así seguía fluyendo que era lo importante.

Ayer una gran amiga me dijo que me admiraba porque me había reinventado y estaba consiguiendo grandes cosas. Tengo que confesar que me he pasado la noche despierta dándole vueltas a esa afirmación. He llegado a la conclusión de que una parte de razón tiene pero, al mismo tiempo, soy más yo que nunca. Siempre he sabido lo que quería pero ahora más. Nunca he tenido dudas sobre quién era pero ahora está cristalino. He aprendido a decir que sí y, en especial, a decir que no sin sentirme culpable por ello.

La Tierra Media y Mordor quedan atrás. No es que ahora me vaya a poner en plan unicornio vomitando arcoiris. Solo sé que, cuando no tienes nada que perder es que lo tienes todo por ganar.

Señoras, señores... Este es nuestro momento. ¡A por él!

2 comentarios :

  1. ¡Hola, Raquel! Muy bonita reflexión y muchas gracias por compartirla. A veces hace falta preguntarse algunas cosas, o que nos las digan, para darnos cuenta de que no todo es como pensábamos o que la nueva etapa de nuestra vida ya ha llegado.

    Me has hecho pensar mientras leía, y eso me gusta ^^

    Saludos <3

    ResponderEliminar
  2. Sí. En ocasiones es necesario parar un poco y meditar. Un beso!!

    ResponderEliminar