Hace un rato iba andando por el Paseo de la Bonanova y
contemplaba los palacetes que había a un lado y a otro. Me he preguntado
quiénes serían las personas que viven en ellos, cómo serían sus vidas, a qué
problemas se tienen que enfrentar en su día a día, qué les motiva, qué les
apasiona. Lo que odian, lo que adoran… Al principio solo me han venido a la
mente banalidades tipo: “No sé qué bolso de Vuitton ponerme hoy”, “Cómo
amargarle la existencia a mi asistenta filipina” o “qué laca de uñas combina
mejor con mi lencería de La Perla”. Luego he ido entrando en materia hasta
llegar a la conclusión de que, lo más seguro, sus preocupaciones sean las
mismas que las mías solo que a otro nivel. Lo que para mí son 500 euros para
ellos deben ser 5000. Sus hijos seguro que no necesitan ayuda escolar pero
probablemente sus padres donen dinero a alguna de las muchas entidades que
luego patrocinan programas escolares, etc… Y sí, también me ha dado por dejar salir mi
lado más escéptico y salvaje al pensar en la de desalmados de la banca o del
mundo empresarial en general que habitarán esas humildes moradas.
Mientras caminaba absorta en mis pensamientos no he podido
evitar echar la vista atrás. Algo que hago en muy pocas ocasiones por aquello
de que el pasado ya no tiene solución. Sin embargo hoy no he podido evitar caer
en la nostalgia y en el absurdo juego del “¿Y si…?”. Como ya era de prever no
he llegado a ninguna parte pero se ha producido algo curioso. Todo lo que me
rodeaba lo he visto absolutamente posible. Solo es cuestión de proponérselo, de
dar el primer paso para pasar al siguiente nivel. Seguro que algunos estáis
pensando que tengo el síndrome de la clase media, esa dolencia que lleva a pensar a las
personas que si trabajan duro podrán ganar más dinero para mejorar tanto su
vida como la de aquellos que la rodean. Pues no. Puedo asegurar que no soy
víctima de ningún tipo de síndrome. Sino más bien de una certeza. No sé si
conseguiré una casa en Pedralbes. A lo mejor si algún día puedo permitírmela a
lo mejor no la quiero y me da por regresar a mi casa en Benidorm. Ni idea. Pero
el simple hecho de ver la posibilidad como algo real ha provocado que esté
viendo las cosas de otra manera y eso…. Siempre es un excelente comienzo.
La verdad es que en el barrio de Pedralbes hay casa y pisos espectaculares. Enhorabuena por el post
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