No sabéis el bochorno que acabo de pasar. Resulta que me he ido con la Beni al Corte Inglés de Plaza Cataluña porque ella necesita ropa para ir a trabajar y me ha pedido que la acompañe. Como siempre voy con prisas pues antes de salir del mercado he ido al baño y me he aseado un poco. Siempre me pongo bragas limpias cuando termino de trabajar. Manías que tiene una, oye.
Luego he salido a la calle y nos hemos ido las dos a pasar unas horitas juntas.
Cuando hemos llegado a los grandes almacenes Beni ha empezado a probarse un montón de ropa que yo le aguantaba pacientemente en el probador. Y se ha empeñado en que yo también me pusiera encima algunos trapos nuevos. Total que con toda la emoción del momento me han entrado ganas de hacer pipi.
He dejado a la Beni en el probador y yo me he ido directa al baño de señoras. Por suerte había aseo libre y allí que me he metido. Pero ayyyy señor... Al ir a quitarme las braguitas no podía¡¡¡¡ Un dolor insoportable, algo así como si me tiraran de todos los pelos al mismo tiempo me ha hecho detenerme en seco. Pasados unos segundos y con lagrimones en los ojos he repetido la operación con el mismo resultado.
¿Qué demonios estaba sucediendo? ¿ Por qué sentía ese dolor tan intenso en mis partes? Entonces he cerrado los ojos y me he dicho: "Antonia tú tira que lo que sea saldrás". He respirado hondo y para abajo que se ha ido mi ropa interior al tiempo que un dolor así como si me estuvieran cortando en siete partes se instalaba en mis zonas nobles. .
He empezado a llorar de dolor y de incomprensión ante lo que me estaba sucediendo. Y la cosa ha ido a peor cuando he abierto los ojos y he podido conocer la causa de semejante dolor: ¡¡Me había puesto el salva slip al revés y tenía la mitad de mi cuidado matojo pegado a la banda adhesiva del cacharro en cuestión¡¡
Años de cuidar y mimar el seto para que hoy, en tan solo unos segundos, se me halla ido al carajo. Escocida, dolorida y humillada he regresado al probador donde la Beni seguía enloquecida con los pingos. He intentado sentarme en el banco junto al espero pero, era tal el escozor en mis entretelas, que no he podido ni inclinarme siquiera.
Como he visto que la Beni tenía aún pa un rato y mi cabeza solo hacía que pensar en cómo se me habría quedado el huerto después de la poda a la que me había sometido he vuelto a salir del probador. Esta vez he ido directa a la sección de maquillaje e higiene femenina donde me he agenciado un espejito de mano. Tenía que evaluar cuanto antes los daños que se habían producido.
De nuevo en el baño me he vuelto a encerrar en el aseo. Me he liberado de la ropa interior, esta vez ya sin problemas. Con mano temblorosa he colocado el espejo entre mis muslos y.... ¡¡¡Ay Dios Mío!!!! ¡¡¡¡Tenía dibujada la marca del zorro ahí en todo el potorro.¡¡¡
No le he contado nada a la Beni quien ha salido del Corte Inglés cargada de bolsas pero no hago más que darle vueltas a una idea: ¿Qué va a pensar mi Pepe? Y aquí estoy en el patio de casa ensayando cualquier monólogo que sea creíble para explicarle al Levantito cuando decida arrimar cebolleta...
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